A
veces no sabemos cómo pedir ayuda… Otras creemos que no nos hace falta… O
simplemente que pensamos que somos una molestia o una carga para los demás…
Probablemente
para cualquiera, mi vida puede estar más que bien… Como la de cualquiera, es susceptible
de mejorar, pero a pesar de todo es una vida bastante buena… Sin necesidad
hasta ahora de tener un empleo, con posibilidad de entrar y salir teniendo
dinero para ello, viajar, sin cargas de ningún tipo… Lo que viene siendo una
vida que muchos desean…
No
digo que sea mala, que conste… Sólo que no es la que quiero, ni la que necesito…
Soy
una persona con un grado de independencia muy elevado. Me encanta trabajar,
incluso, he disfrutado con trabajos “basura” en un McDonals, reponiendo en el
Ikea… En fin, que me considero una persona dinámica y, necesito estar ocupada.
Y cuando me refiero a estar ocupada, hablo de un empleo, no de estar estudiando…
Empecé
a trabajar a regañadientes de mis padres. No veían la necesidad y, querían que
me centrara en los estudios… Pero yo me desmotivé con el tiempo, ya no le veía
demasiado interés a estudiar, hacer una carrera. Así que empecé a coger trabajos
para vacaciones, sustituciones, etc., rezando para que encontrar luego otro
trabajillo más…
Sin
embargo siempre he antepuesto los intereses de los demás, aunque no 100%, a los
míos propios… Y terminaba por rechazar trabajos para “estudiar más”. Por seguir
con mis obligaciones estudiantiles…
El
caso es que poco a poco me ido perdiendo en el camino. Hasta que recordé a lo
que me quería dedicar cuando era una enana… Tuve apoyo familiar, ni mucho, ni
poco, el necesario… Pero me ido frustrando al no conseguir mi objetivo. Al
principio fui yo quien lo estropeó todo, y luego han sido las circunstancias
las que no han sido las más propicias…
Con
todo esto… y teniendo en cuenta lo perfeccionista y lo autoexigente que soy
conmigo misma, he ido cayendo cada vez más hondo.
De
normal, yo intento quedarme mis problemas para mí… a lo sumo los comparto con
el papel si veo que no puedo más… Pero me costaba mucho contárselo a “cualquiera”.
Sentía que cargaba al resto de mis problemas y que bastante tenían ya con lo
propio. Ahora no es que vaya por ahí contándole penas a todo el mundo, pero se
me salta la lágrima fácilmente con algo que me recuerde lo que siento o lo que
me pasa…
Y
cuando lloro ante alguien me siento peor, porque me siento débil, vulnerable,
un blanco fácil, más fácil del que ya soy…
Tengo
un gran número de complejos… Como la mayoría de los complejos, son conceptos
subjetivos, que por lo general sólo uno mismo ve. Yo no sólo tengo complejos por
mi físico, sino por otros asuntos, intelectual, emocional… Un poco de todo… Desearía
despojarme de ellos para sentirme bien conmigo misma, para gustarme y sentirme
cómoda con los demás. Para ser más yo… La que antes era… Antes de todo esto…
Ojalá
pudiese ser todo más fácil, ojalá no tuviese estos conceptos de mi persona,
aunque quizás ya sea tarde para eso… Pero, quizás no lo sea… Sólo necesito
tiempo… Tiempo para pedir la ayuda que necesito, a quien debo pedírsela…
Qué
difícil es pedir ayuda cuando no estás acostumbrado a hacerlo nunca… O cuando
ya no tienes siquiera, el valor de hacerlo…