Qué
fácil sería odiarte tan siquiera si consiguiera lograrlo…
Pero
no es a ti a quien odio, ni siquiera lo que siento por ti. En realidad es a mi
misma lo único que puedo detestar, pues fui yo la única que creyó que tú te
pudieras enamorar de mí y, como hecho reflejo yo lo hice de ti. Fui yo quien se
creó una ilusión real o ficticia. Aunque por encima de todo, fui yo la que aun
sabiendo todo esto no te permití o demandé que salieras de escena.
Es
por todo esto por lo que me odio, y aun de no hacerlo, debería.
No
estoy en posición de amarte, no estoy en posición siquiera de demandar tu
atención. Mis circunstancias no lo permiten… No puedo ser tuya, ni de otra
persona que no sea él… He prometido, he dicho, de hecho, amo… Sin embargo,
¿cómo puedo amar, si tú me haces sentir algo que no sé como catalogar?
No
me sirven las excusas. Decir que mi relación no va bien, que hay problemas…. Que
a ti, te ocurre igual… Pero si no me sirve a mí, ¿Qué más me da que te pase
igual? Esto no puede ser…
Me
creas ansiedad, me siento el corazón dividido entre lo que es sensato a veces y,
lo que parece a todas luces una locura otras...
Cuando
te conocí creí, que había estado muerta hasta este instante… Me dio la
sensación de que mi corazón no había tenido vida alguna hasta entonces, cuando
ese momento le dotó de ritmo y te convertiste en alguien “especial”.
Que
idiota fui… Claro que no estuvo nunca muerto, sino todo lo contrario. Me
inventé una historia en mi cabeza que no era cierta, sólo por la emoción que
vivía…
Me
angustiaba no saber si te habría ocurrido como a mí, averiguar que yo tampoco
era una más que pasa sin pena ni gloria ante tu vida. Pero aún me sobrecogía mucho
más, al pensar que de ser así, tu también serías uno más como consecuencia para
mi, pues como debías ser el que yo buscaba y no ser yo tu búsqueda...
Pasa
el tiempo y sigue algo encallado en mi interior… Desconozco que ocurre… De
pronto pienso…
Tengo
envidia por no ser ella, tengo envidia por no ser la única en la que pienses,
por no estar en la piel de la que deje sin sentido tu vida si no estuviese
junto a ti, por no compartir cada segundo de tu día, por no sentir tu piel como
ella lo hace, por no beber de tus labios, por no embriagarme con tu aroma, por
no poderme sentir dueña de una parte de ti…
Siento
envidia y no me siento sana por ello… Porque en realidad no deseo ser ella, ni
estar en su lugar, yo no soportaría eso… Ya estuve en su lugar en un pasado
anterior.
Soy
complicada, pero en realidad no es para tanto… Simplemente deje de sentir cosas
que debía sentir con él… Dejaron de cuidar mi relación y me cansé… Recurrí a
ti, que dejabas bonitas palabras tras tu paso, que me embriagabas de aquello
que necesitaba, atención y cariño…
Y
termino descubriendo… que al final de todo que simplemente me refugiaba en lo
que parecía más fácil… Pero esto es completamente insano… Tampoco tú mereces un
lugar en mi vida y demasiado te estoy otorgando, mientras me servías de escape…
Es egoísta mi actuación… Lo siento… Pero esto es insano… Tú no me quieres… y yo…
yo sé que al final no te amaré…
Wauh... Es una buena reflexión, me emociona. Pero uno nunca debe odiarse ni creyendo que se lo merece, uno siempre tiene que luchar por amarse para que luego alguien (que quizás no pienses que existe) llegue a hacerte pensar de nuevo que hasta ese momento lo demás no había tenido ningún sentido.
ResponderEliminarAsí que muy buena reflexión. Pero hay que seguir con una sonrisa y luchando por amarse. Eso siempre.
Cuando la autoestima es insuficiente, cuando los complejos son demasiados... uno acaba pensando que todo es por su culpa, que no merece nada... (estados depresivos jejeje)...
ResponderEliminarPero esto es algo del pasado... sigo reeditando textos antiguos... dándoles forma y contenido nuevo =)